Clàudia y Wally. Los Rituales, un puente de Amor. I parte

Wally era un perrito que tenia cinco años cuando nació Clàudia. Cuando sus padres la llevaron a casa, Wally salió a saludarla y a darle la bienvenida como nuevo miembro de la familia. La infancia de Clàudia ha estado siempre ligada a un ser que se dedicaba en cuerpo y alma a estar pendiente de ella.

Juegos, secretos y compañía fueron los regalos que se prodigaron a lo largo de diez años. Wally envejeció y como el abuelo necesitó cerrar su ciclo de vida y morir junto a los suyos. No hubo diferencias, solo una, que Wally murió en su casa y junto a toda la familia.

Por supuesto a Clàudia se le permitió estar junto a el cuando este al final pidió que le ayudaran a morir. Junto a sus hermanas mayores, lo acariciaron mientras ellas mismas amortajaban con un trozo de ropa blanca, su pequeño cuerpo. “Mirad ahora Wally se parece a una momia”, dijo Clàudia.

El pequeño Wally tenia predilección en pasear por un bosque cerca de su casa. Por ello pensaron que ya que el bosque había dado tanta vida, ahora era el momento de devolver y contribuir a generar más vida. Clàudia escogió un trozo de madera e inscribió el nombre de Wally. Al día siguiente fueron al bosque y enterraron su cuerpo, hicieron un pequeño y hondo agujero para evitar que otros animales lo desenterraran. La madera que había hecho Clàudia también se colocó en el lugar. Fueron momentos llenos de ternura, complicidad y por supuesto dolor. Juntos lloraron y le expresaron su agradecimiento y amor.

Cuando pasean por el lugar donde está enterrado dejan una piedra y ello les ayuda a sentirse mejor. Gracias al abuelo, Clàudia aprendió que los rituales tienen un benefició emocional para los supervivientes, ya que se convierten en puente de expresión del Amor y como consecuencia una inversión en la salud emocional de niños y adultos.

De la misma forma que Messi dedica a su querida abuela, mirando y señalando el cielo cada uno de los goles que hace en señal de agradecimiento por creer en él y ayudarlo a conseguir su sueño, cada persona puede encontrar sus propios rituales y descubrir la satisfacción que pueden llegar a representar.

Enterrar a un ser querido, es un ritual que nos ayuda a despedirnos, a dar sentido a su vida, a su AMOR y a expresar los sentimientos. Los rituales son absolutamente creativos y son una ayuda impagable en el camino de duelo. Por ello, solo necesitamos hacerlos por quienes queremos, son nuestro regalo.

Esta es la primera Navidad de Clàudia sin Wally y la tercera sin el abuelo Coi Coi, pero el colgar del Árbol un dibujo especial para cada uno de ellos, ha sido como un guiño de complicidad y magia, y que aporta cierta tranquilidad a la tristeza de las navidades sin el ser querido. Clàudia, estos rituales serán como un puente que te ayudaran a seguir por un camino de duelo saludable y que precisamente es lo que querrían para ti, el abuelo y Wally.

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