La consciencia más allá de la vida

El tema del programa Millennium, emitido el pasado 11 de mayo por el Canal 33 en Cataluña: “La consciencia más allá de la vida”  se inspiró en un libro del mismo título cuyo autor es el doctor Pim Van Lommel, cardiólogo holandés que tiene la credibilidad de haber hecho un estudio prospectivo (desde el presente en adelante, mucho más objetivo que retrospectivo o hacia atrás), y que fue publicado por una revista médica de prestigio “The Lancet”, en diciembre del 2001.

Este estudio se hizo conjuntamente con 10 hospitales holandeses a pacientes con parada cardiorrespiratoria y que sobrevivieron tras la reanimación cardiopulmonar. Se recogieron todos los datos y se hizo un seguimiento de ellos durante 10 años, (a los 2 años de la parada cardiorrespiratoria y luego a los 8 de éstos).

La importancia de lo que plantea este estudio es que es la 1a vez en un estudio serio hasta donde yo sé, que se plantea la continuidad de la existencia después de la muerte como conciencia que tiene percepción de sí, de las circunstancias, hechos y personas que están en el escenario donde ocurre la acción.

Si el corazón está parado o fibrilando, no hay presión arterial y la sangre no lleva oxigenación a la cabeza, siendo el cerebro el órgano más sensible a la hipoxia o falta de oxígeno. Se descartan las circunstancias que hubieran podido producir estas vivencias (sensación de visión de un túnel, seres luminosos que les hablan, visualización de  los seres queridos o de aquellos en los que creen, revisión panorámica de los acontecimientos de tu vida sintiendo lo que han sentido los demás ante sus actuaciones, sensación de paz, ausencia de miedo…)

Se descarta la falta de oxígeno, la medicación utilizada, el miedo previo a la muerte etc.

El estudio se hace sobre 344 pacientes, de ellos un 18% tuvo esas experiencias (ecm: experiencia cercana a la muerte). En este 18% hubo un cambio de vida después de la ecm y se mantuvo a lo largo de los 10 años. Este grupo cambió sus prioridades, sus valores, y se dedicaron a que su vida tuviese sentido.

Pim Van Lommel, habla de un caso concreto de un paciente que tuvo una parada cardíaca en la calle, que pasó bastante tiempo hasta que llegó al hospital. La reanimación duró mucho, al final mantuvo constantes y pudo ir a UCI. Pasaron los días y estando consciente el paciente vio entrar a una enfermera y después de agradecerle su ayuda en la reanimación, le preguntó, para estupor de la enfermera, que dónde había dejado la dentadura que le quitó al intubarle…

Esto nos plantea varias cuestiones:

La creencia hasta ahora de la medicina “objetiva”  es que la conciencia es un producto del cerebro, por tanto desaparece al desaparecer sus funciones. Pero…

¿Nuestra conciencia está en nuestro cerebro?

¿Nuestra memoria queda almacenada en el cerebro o utiliza el cerebro?

¿Somos un cuerpo o tenemos un cuerpo?

Durante 18 años he estado haciendo anestesia en cirugía cardíaca y son cosas que yo ya me había planteado sobre todo en determinadas operaciones sobre arco aórtico en las que para reparar las arterias que van a cerebro teníamos que inducir un paro respiratorio, cardíaco, vascular, y cerebral a través de hipotermia profunda entre otras cosas, en los que todos los parámetros “objetivos” de vida estaban a cero (frecuencia cardíaca, tensión arterial, respiración, electroencefalograma). Excepto la saturación de oxígeno que iba descendiendo peligrosamente cada minuto que pasaba…

Sugiero ver el vídeo de Millennium para no repetir conceptos. www.tv3.cat/videos/4085150/consciencia-mes-enlla-de-la-vida

Yo creo que la conciencia está más allá del cerebro, es un campo electromagnético que utiliza el cerebro como un descodificador, igual que la televisión, que es un aparato que transforma las ondas que le llegan en luz y sonido. Nadie confunde la televisión con lo que aparece en la pantalla…  Pero esta gente clínicamente muerta, ve, oye, siente, piensa…

La diferencia entre un cuerpo vivo y uno muerto es la energía que está en el primero y que le da vida y la energía ni se crea ni se destruye sólo se transforma. Si creemos esto, esta energía sigue existiendo una vez muertos, nos lo dice la física, pero lo interesante de recoger estas ecm es que seguimos existiendo, reconociéndonos y reconociendo a las personas que amamos y/o que nos rodean.

Como dice Willigis Jägger, teológo benedictino y maestro zen, (que tuvo una ecm), en su libro: “La vida no termina nunca”, lo que soy en lo más intimo, mi esencia, es algo que seguirá cuando mi cuerpo físico haya muerto.

Para los que hemos perdido a seres queridos, sabed que no han muerto sino que han nacido a otra vida en la que no están limitados por un cuerpo físico, ni por tiempo o espacio, que están con nosotros para acompañarnos, ayudarnos, su esencia está con nosotros y crecen con nuestro crecimiento.

También os puede ser de ayuda saber que cuando morimos nunca lo hacemos solos sino que estamos rodeados de la energía de los seres queridos que nos han precedido, de seres luminosos que nos transmiten paz y una sensación de amor inconmensurable como dicen todos los que han experimentado una ecm.

Saber esto nos ayuda a vivir con más sentido y encontrar sentido a la vida