El duelo en la familia

La consideración del duelo como un proceso personal ante la experiencia de pérdida es algo universalmente aceptado, pero a menudo olvidamos la importancia del impacto en la familia, entendida como un conjunto de relaciones. Quizás sea por ello que el soporte emocional especializado se suele centrar en los procesos individuales, sin prestar demasiada atención al camino que conducirá a la familia en la búsqueda de un nuevo funcionamiento sin su ser querido.

Las familias se comportan como sistemas en equilibrio constante. Incluso antes de la pérdida, cuando éstas perciben una potencial amenaza para la vida de uno de sus miembros, como lo puede ser la presencia de una enfermedad, empieza un proceso de adaptación a la situación y de anticipación del duelo. La familia se ve sometida al difícil dilema de invertir energía en cuidar a la persona enferma a la vez que aprender a separarse de ella; dar soporte a la dependencia del enfermo a la vez que respetar su autonomía; atender sus necesidades sin desatender las de la familia; decidir entre asumir roles del enfermo o bien esperar a que éste se haya ido; ir planeando el futuro versus sentir que se le traiciona si se empieza a asumir la vida en su ausencia. Sin duda, una situación nada fácil.

Una vez se ha producido la muerte, la familia deberá encontrar una nueva dinámica de funcionamiento que resulte satisfactoria para todos sus miembros, produciéndose cambios de roles, adaptaciones, y una redefinición de los patrones de relación entre los familiares.

Para apreciar el encadenado de influencias que influye en la red de relaciones de la familia tras una pérdida significativa se hace preciso adoptar una mirada global de la familia. El dolor que genera una pérdida afecta a la red de relaciones entre los miembros de la propia familia, y también a las que tienen con otras personas, incluso de generaciones posteriores que no conocieron al fallecido. Toda muerte implica un momento de crisis evolutiva familiar que si bien la mayoría de veces se gestiona de manera saludable, si no se resolviera satisfactoriamente podría desencadenar la presencia de sintomatología en alguno de sus miembros. No es de extrañar, atendiendo a la magnitud e intensidad de los afectos entre los miembros de una familia, que la adaptación a la pérdida por muerte sea considerada el más complejo de los cambios vitales.

La Terapia Familiar Sistémica propone un interesante paradigma para la comprensión de las relaciones familiares y aporta poderosas técnicas de intervención. Sin embargo han sido muy escasos los terapeutas que abordan el soporte al duelo desde esta perspectiva. Quizás sea por el rechazo de nuestra cultura a hablar de aquello que resulta doloroso.

Cuando, por poner un ejemplo, un miembro de la familia entra en un proceso de duelo patológico es muy posible que los demás estén tan preocupados por él o ella que dediquen todos sus esfuerzos emocionales a sostener y acompañar su sufrimiento, posponiendo sus propios procesos individuales. La situación ideal se da en las familias que logran ser capaces de elaborar un duelo familiar en el que las funciones y los roles de cada miembro son lo suficientemente flexibles como para poder sostener a los demás y saber dejarse ayudar al mismo tiempo.

En este blog os iré proponiendo diversas reflexiones sobre las implicaciones familiares del proceso de duelo. Espero que resulten de vuestro interés. Muchas gracias por leerme.

Un abrazo,

Enric Soler

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4 comentarios en “El duelo en la familia

  1. Hola, que bendicion, es haber encontrado esta pagina,, esto fue gracias a mi esposo, ahorita, estoy en negacion total, tengo cancer de ovario muy avanzado, sien to una extrana mezcla de sentimientos, quisiera ser el centro de atencionde mi familia, veo que mis hijas, ya adultas las dos, pero aun viven en mi casa, pero ellas han aprendido a desprenderse der esta situacion, siguen con su vida, mi esposo por igual, el unico que yo siente que esta llevando toto el peso de mi problema es mi hijo, de 19 anos, porque el no habla, no dice lo que siente, se aisla, y no se de que manera poder ayudarle a superar todo este proceso, por mi parte, tengo dias buenos, otros no tanto, ahorita, lo unico que pediria es como ayudar a mi hijo, para poder superar este duelo.

  2. Me gusta la perpectiva y enfoque de tu blog. Ya que al principio es tan fuerte el dolor que a veces nos despreocupamos de todo lo demas. Yo hace practicamente un año perdi a mi hijo. Era un bebe de un mes y medio. Mi tercer hijo. Era y es tanto el dolor de su perdida que al principio no queria saber nada de mis otros dos hijos. Queria morir con mi hijo sin pensar en que mis otros hijos tambien me necesitaban. Mi hijo mayor estubo un tiempo haciendome de padre, con solo 6 años. Hasta que entendi que estos roles que habiamos adoptado no eran muy normales. Habia tomado demasiado protagonismo en este duelo sin considerar a los demas. Por eso creo que es nndmuy bueno asumir y tratar el duelo des de unidad familiar y no de forma individual, sobretodo cuando la muerte es de un a prsona joven o de un ni Oí

  3. Hola Enric, me ha gustádo mucho el enfoque del duelo familiar que nos das, pues muchas veces no se piénsa en los conflictos que se pueden generar en la familia. Yo perdí a mi único hijo, precisamente Enric, hace un año por cúlpa del cáncer, con 19 años. Sabiámos que era un cáncer minoritario y agresivo, durante la enfermedad cada uno acogió el rol estipuládo….pero llegó el dia en que nos dijeron que le quedában 3 meses de vida, máximo..y así fué. Hasta entonces todos fuimos una piña, yo como madre y ante la madurez y conocimiento de su situación de mi hijo, me esforcé muchisimo en llevar una actitud de normalidad, ya que él lo enfocó una madurez extraordinaria, muchas veces hablámos, no faltaron los mimos, los besos, las charlas……y se fué con gran tranquilidad espiritual y sin darse cuenta. Cuando pasó la ceremonia, el entierro, ect…..es cuando llega dia en que te das cuenta de la auténtica realidad, tus defensas bájan, y por fin llega el inmenso dolor, ese dolor desgarrador que sólo conocen los padres que han perdido un hijo y tán joven. Mi madre ( la abuenla de Enric) con la que mi hijo se crió ( como muchos, por el trabajo de los padres) ocultába su gran dolor porque me veia a mi y no queria añadir a mi sufrimiento verla a ella mal, con lo cual muchas veces escondia sus lagrimas, mi esposo más introvertido llevába su dolor en silencio, taciturno…cosa que yo no comprendia, no entendia porque no llorába o gritába ese dolor terrible que carcome por dentro, sabía que sufria igual que yo….pero si en algún momento, el pobre mirába la televisión y se reia por alguna anecdota, a mi me dába mucha rábia y se lo reprochába…como puede reir, cuando yo sólo quiero morir para ir detras de mi hijo…..dos maneras muy diferentes de vivirlo…..mi madre si alguna vez se permite hablar y expresar su dolor, es una persona mayor y sólo refiere las vivencias con su nieto, los recuerdas desde su infáncia, que a mi me van generándo una ansiedad insoportable, pues si ella revive, yo también…con lo cual hemos de llorar por separado, me he sentido incomprendida….pues durante algun tiempo me he refugiado en mi soledad, y me he quedádo varios dias en la cama, pero no por miedo a la calle, o al resto de la gente, sólo he necesitado un repóso mental….durante mucho mi madre y mi esposo no lo entendian, y llegában a regañarme o apremiarme diciéndo que era una manera de no afrontar la realidad….yo me esforzába mucho, núnca he querido quedarme estancáda en mi duelo, salia a la compra, a veces a caminar….pero también hay muchos momentos en que cualquier persona que te hable , te agota y vuelvo a esconderme,. Sólo tengo una hermana 5 años mas pequeña que yo, y su hijo que ahora tiene 9 años, se crió junto a mi hijo, que para él, mas que un primo fué un hermano mayor por el que sentia adoración…en todo el proceso inicial del duelo, casi nadie le prestó atención, hasta que sus padres lo encontraron varias veces llorándo delante de una foto de mi hijo, por fin explotó…..no entendia que no hubiesen curado a su primo, les decia que no se habia podido despedir de él, todo era “no entender y mucho dolor….”, al fin decidieron que hiciese una despedida especial de él hacia su primo, plantó una cajita al al lado de un árbol que contenia algunos de los cromos que mas le gustaban a mi hijo, y él le escribia que le ponia los cromos más preciados porque lo queria mucho……aún a dia de hoy ( hace 1 año y 2 meses), lo encuentran mirando la foto o haciéndo alguna pregunta……resumiendo, durante la enfermedad cada uno súpo el lugar que ocupába y la organización fué fundamental…..pero luego todo ha sido un cúmulo de emociones, a veces mal entendidas por los demas, distintas y por lo tánto no comprensibles, olvidos importántes…..por lo menos núnca ha habido reproches en cuanto al trato y amor que le dimos todos a Enric…pero ahora, depues de un año, empezámos a entendernos, mi madre sabe escuchar y me deja hablar sin interrumpir, yo la escucho aunque eso me haga daño porque a mi dolor añado el suyo, mi esposo y yo…a pesar de haber tenido discusiones por las maneras diferentes de enfoque, hemos aprendido….que indistintamente, el dolor y la ausencia son los mismos, y que sólo lo podrémos superar unidos, mi sobrino acusa la auséncia de su “hermano”, pero ya con mas naturalidad….pero he de reconocer que si no lo hubiesemos sabido canalizar, habria afectado a mi matrimonio, amistades, relación con mi madre, ect…..Aún no he conseguido, escuchar comentarios absurdos de gente que me habla, sin acercarse minimamente a lo que es este dolor…y te dicen cosas que te duelen, pues pretenden que ya estes bien, pues ha pasado un año….eso me genera mucha rábia y puedo llegar ha ser muy desagradable ( cuándo no es mi naturaleza). Resumiendo, la perdida de Enric, creó en casa un remolino de auséncia, dolor, encontronázos….pues ademas él era un eje importánte familiar, por su forma de ser cariñosa, extrovertida, noblote….Ahora empezámos a navegar un poco más al unisono, pero sigue habiendo puntos negros, reproches, ect con la familia de mi esposo , su madre, su hermano….Tienes toda la razón , ese duelo familiar, es en nuestro caso mas individual y puede afectar a las relaciones con el resto. Gracias por escribir sobre un tema muy real, y que pocas veces se tiene en cuenta, pues sólo nos centrámos en nuestro propio dolor. Aurora

  4. Totalmente cierto, es una situación muy dificil cuando se ha de alternar la atención al enfermo con el hecho de empezar a asumir la pérdida… Se hace muy complicado y puede llegar a ser muy estresante.
    Por ello, después del fallecimiento, nos entra la culpabilidad; porque vemos la situación con otra perspectiva tan diferente (el ser querido ya no está y eso nos duele muchisimo y además ya no nos encontramos en esa situación tan estresante, ahora el sentimiento es diferente, nos duele la ausencia) y se nos ocurren muchas formas diferentes de haber actuado en su momento…
    Conforme va pasando el tiempo, somos más capaces de entender que hicimos lo mejor que pudimos y supimos dentro de la situación que estabamos viviendo y, además, después de vivir un proceso como ése, ya no somos los mismos, habremos cambiado con la pérdida.

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