Posibilidades que nos ofrece la vida a través de la pérdida de un ser querido

Cuando un ser querido muere la sensación de soledad se nos agudiza tremendamente y nos lleva a estados muy difíciles de superar. Hay personas que no pueden salir de él, hay otras que pueden ir dando pasitos, unos hacia delante otros hacia atrás. Estos últimos nos desesperan y nos machacan, pero volvemos a  intentarlo de nuevo y  dando más pasitos hacia delante. Puede pasar que no vea estos avances. Tendemos a ver sólo lo negativo de la vida y en estos momentos aún más.

En los grupos que tenemos en nuestra asociación Aves, no dejamos que la persona se vaya de él sin haber hablado de estos pasitos hacia delante. Al verbalizarlos tomamos más consciencia de ellos y nos animan a ver que el camino es muy duro pero que ya se ha caminado un trecho.

Es así y es un nuevo camino y tengo la opción de andar. Puedo coger el camino que va dando vueltas sobre sí mismo o puedo coger el camino que sube a la colina. Pero la colina es muy alta y tengo miedo de no poderla subir, tengo miedo de perderme, tengo miedo de estar sola en la montaña, tengo miedo de lo que puede salir por el camino, etc.

Es más fácil dar vueltas sobre uno mismo, sobre el dolor, sobre el sufrimiento. A fin y al cabo ya lo conozco y se que puede llevarme a la enfermedad, o puede que a la locura y con suerte a la muerte y así ya se habrá acabado este calvario.

¿Que pasa si tiro adelante por el camino que sube a la colina?

¿Qué pasa si dentro de mi escucho esta voz que me acompaña y  me dirige hacia el buen camino?

Porque algo dentro de mi la ha oído y a lo largo de toda la vida sé de esta voz, sé  cuántas veces no la he escuchado y de cuántas sí que le he hecho caso. Sé qué significa escucharla o al contrario, apretarme los oídos para no saber nada de ella.

A veces no es nada fácil dejarse guiar por ella. No me deja que dependa, no me deja que me alimente de mi dolor, no me deja que me quede en el sufrir, no me deja que me  tumbe en la cama sin salir de debajo las sábanas, no me deja que cierre las ventanas para no tener que ver como la vida sigue y sigue sin parar. Y no me deja muchas cosas más que me cierran y me atan al ser que tanto me dio.

Subir a la colina supone un gran esfuerzo de superación, un gran esfuerzo de entendimiento de lo que ha pasado, un gran esfuerzo de querer vivir por uno mismo, de decir sí a la vida sin el ser querido. Es amarse y aceptarse tal como uno es y al mismo tiempo, amar al ser querido desde la renuncia y  el amor sin condición.

Llegar a la cima es ir a lo alto de lo que uno puede llegar y ver el panorama de lo que se encuentra detrás de la cumbre. Es abrirse a la esperanza y a lo nuevo, es haber aprendido a entrar en este nuevo camino que la vida me ha puesto delante de mi, es entrar en una nueva faceta de la vida y reconocerse en ella.

Desde mi corazón te doy las gracias por leerme y por el esfuerzo de superación que has logrado, hasta pronto.

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